"Mientras haya personas que no olviden Malvinas, mis compañeros serán inmortales"
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"Nunca vamos a bajar los brazos, todavía faltan compañeros por identificar, estamos en búsqueda de ellos" dijo Aro
Este lunes Radio ADN dialogó con Julio Aro, veterano de la Guerra de Malvinas nominado en marzo de este año al Premio Nobel de la Paz junto a su par británico Geoffrey Cardozo. La semana pasada se inhumaron los restos de seis excombatientes identificados por el equipo forense del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en el cementerio de Darwin.
"Nunca vamos a bajar los brazos, todavía faltan compañeros por identificar, estamos en búsqueda de ellos", afirmó Aro. Y agregó que el trabajo del proyecto humanitario "tiene que ver con devolverle el nombre, el apellido y la identidad. Es tan lindo cuando encontrás un compañero y sabés quién es y lo enterrás con los honores como corresponde. No tiene precio". Respecto la primera implementación del proyecto, en el que se identificaron 115 soldados, "había una inconsistencia en la tumba C1 10. Afortunadamente gracias a una investigación -la del Comité de la Cruz Roja- se pudo saber que eso no era posible, se hace una segunda etapa" en la que se hallaron otros cuatro ex combatientes.
El veterano destacó la labor de Cardozo, quien se encargó de preservar los cuerpos. Esto facilitó su posterior identificación: "en el ´82 no había ningún libro de cómo enterrar a una persona, no existía la prueba de ADN. Geoffrey le puso una bolsa negra, una bolsa blanca, otra bolsa más, le puso un cajón aparte de limpiarlo y anotar las pertenencias y las coordenadas en el lugar donde encontraron a cada uno de nuestros compañeros. Y gracias a ese trabajo estaban en perfectas condiciones de ser analizados".
Julio Aro preside la Fundación No Me Olvides, una ONG conformada por familiares de excombatientes y caídos. "El estrés del conflicto está en forma permanente en cada uno de nosotros, visto de diferentes lugares: algunos con el alcohol, algunos con el juego, algunos con el suicidio", explicó. Y compartió una dolorosa anécdota "fuimos a ver a un papá y él cada tanto miraba su reloj. Mario hacía treinta y cinco años que salía todos los días a la puerta de su casa a esperar que su hijo bajara del micro. Si eso no es crueldad, ¿dónde está la crueldad?", se preguntó.
Aro declaró que "cada uno de nuestros compañeros salió de la manera que pudo, no de la manera que quiso. Y esa forma de resiliencia tiene que ver con que no hablamos solamente de Malvinas, del 2 de abril, sino que hoy tenemos un montón de oídos que nos quieren escuchar. Tenemos un mensaje de paz, de no dejar nunca de reclamar por nuestros derechos porque las Malvinas fueron, son y serán argentinas pero no a través de una guerra. Explicarle a la gente que no hay guerras buenas, ni santas ni justas. Nosotros queremos lograr que mientras tengamos personas que no se olviden de lo que pasó en Malvinas mis compañeros jamás estarán muertos, van a a ser siempre inmortales", finalizó.