La pobreza infantil sigue superando el 50% y muestra brechas alarmantes entre regiones del país

La pobreza infantil en Argentina continúa siendo una de las deudas estructurales más graves. Un informe elaborado por Valentina González Sisto e Ianina Tuñón para el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA-UCA) reveló que en el primer semestre de 2024 el 67,3% de los niños, niñas y adolescentes vivían en hogares por debajo de la línea de pobreza, el índice más alto desde la crisis económica de 2001-2002.


Aunque en el segundo semestre del año pasado el porcentaje descendió al 52,8%, esa mejora no fue homogénea y dejó al descubierto fuertes desigualdades territoriales. Mientras algunas regiones lograron reducir sus índices, otras, como el NOA y el NEA, continúan con niveles de pobreza infantil superiores al promedio nacional.
El informe, basado en datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH-INDEC), explica que el deterioro social entre 2023 y 2024 estuvo directamente relacionado con la inflación —que trepó un 62,4% durante el primer semestre— y una fuerte pérdida del poder adquisitivo. En ese contexto, los hogares pobres tuvieron ingresos un 42,6% por debajo de la Canasta Básica Total.
Territorios desiguales
La situación es especialmente crítica en el Norte argentino, donde aglomerados como Gran Salta, Formosa, La Rioja, Gran Paraná y Gran Resistencia registran niveles muy superiores a la media nacional. El documento detalla que al cierre de 2024 sólo Jujuy-Palpalá consiguió ubicarse por debajo del promedio en esas regiones.
En contraste, el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), la región Centro y la Patagonia mostraron mejoras más sostenidas, destacándose ciudades como CABA, Mar del Plata, Bahía Blanca, Neuquén y Gran Buenos Aires.
Sin embargo, el dato que alarma es que “la mitad de los aglomerados urbanos del país empeoraron su situación” al comparar el primer semestre de 2023 con el segundo de 2024.
La brecha es contundente: mientras en la Ciudad de Buenos Aires la pobreza infantil es del 27,1%, en Concordia alcanza el 75%, con tres de cada cuatro niños y niñas creciendo en hogares pobres. Una radiografía que deja al descubierto que, más allá de las mejoras generales, la pobreza infantil sigue golpeando más duro a los sectores históricamente postergados del país.