“BioBolsa”: nueva bolsa orgánica para los súper
Desde esta semana un grupo de promotores ambientales del Instituto para el Desarrollo Sustentable de Rafaela se encuentran visitando los supermercados de Rafaela para contarles la novedad a los ciudadanos.
A partir de un convenio firmado entre la Municipalidad de Rafaela, el Instituto para el Desarrollo Sustentable y la Cámara de Supermercados, se incorporó a la venta de las bolsas ya existentes en la línea de cajas la “BioBolsa”, la opción de una bolsa fabricada con material biodegradable y compostable. La incorporación de este tipo de bolsas busca reducir la cantidad de bolsas plásticas consumidas diariamente y minimizar el impacto ambiental.
Además cumple otra función fundamental que es incentivar a que el vecino realice una tercera clasificación en su casa, de materiales orgánicos compostables como ser cáscaras de fruta, de verdura, restos de café o té, yerba, entre otros. Estos dispuestos en una compostera domiciliaria permiten la fabricación de compost, un material natural nutritivo para el suelo.
Los promotores ambientales del Instituto para el Desarrollo Sustentable (IDSR) estarán explicando en diferentes supermercados de la ciudad cómo se biodegrada la nueva bolsa al estar en contacto con el suelo. También se realizaron capacitaciones a cajeras de los supermercados, quienes son las transmisoras de este mensaje fundamental.
La BioBolsa
Está fabricada a partir de material orgánico, como fécula de maíz y se biodegrada entre 90 y 120 días (dependiendo de la humedad y la temperatura). En cambio, las bolsas plásticas tardan alrededor de 100 años y no vuelven a ser nutrientes para el suelo. Estas últimas están hechas de materia prima proveniente del petróleo.
Cuando un plástico es biodegradable significa que ese plástico puede descomponerse en condiciones que se dan en la naturaleza, mediante la acción enzimática de microorganismos como bacterias, hongos y algas, transformándose en nutrientes, dióxido de carbono, agua y biomasa. Las bolsas hechas de polietileno no desarrollan este proceso, pero sí algunos bioplásticos fabricados a partir de recursos naturales renovables (almidón de maíz).
Esta nueva bolsa busca reemplazar a las bolsas plásticas verdes y amarillas que se venden en los supermercados con el objetivo de reducir su consumo y lograr así un impacto ambiental positivo en la ciudad. Permitirá que en los caminos rurales y campos no haya bolsas plásticas y, de esta forma, beneficiará a los cultivos y a los animales. También evitará obstrucciones en el sistema de desagües pluviales y el impacto visual negativo. Y solucionará un problema que se presenta en el Complejo Ambiental que es bolsas volando por el predio.
El compost en el hogar
La nueva bolsa tiene como objetivo incentivar a los ciudadanos a realizar compost en sus hogares: un producto obtenido a partir de la descomposición y fermentación de diferentes materiales de origen orgánico (residuos biodegradables como restos de comida, hojas secas, tierra, etc.). El compost, que posee un aspecto terroso, libre de olores y de patógenos es empleado como abono y como sustituto de fertilizantes químicos.
Así, indirectamente, también genera la concientización de las buenas prácticas de reducción, separación y reutilización de residuos urbanos ya que, al disponerlos de forma adecuada, permite valorizar y recuperar los residuos biodegradables para la realización del abono.
Es importante que los ciudadanos asuman el compromiso de participar y puedan, desde sus hogares accionar a favor del ambiente a través de la separación de residuos, del uso racional de las bolsas plásticas y del sistema de compostaje, utilizando la bolsa al final de su ciclo de vida.