Aguas Santafesinas anticipa menor presión en verano por el aumento de la demanda
Aguas Santafesinas se prepara para afrontar un verano con desafíos relacionados al aumento de la demanda de agua potable en la provincia.
Según Darío Boscarol, director de la empresa, la situación podría generar dificultades en el suministro, especialmente si se combinan los cortes de energía anunciados por el gobernador de la provincia con la alta demanda de agua en la temporada estival.
Boscarol explicó que, en verano, la demanda de agua aumenta significativamente debido a las altas temperaturas, lo que pone a la planta potabilizadora de Aguas Santafesinas al límite de su capacidad de producción.
“Producimos al 100% de nuestra capacidad, por lo que cualquier aumento en la demanda afectará directamente la presión del servicio”, comentó.
La alta demanda, combinada con una capacidad de producción que ya está en su máximo, puede generar situaciones de menor presión. Esto es especialmente preocupante durante los días más calurosos, cuando el consumo de agua se dispara, lo que lleva a una mayor exigencia sobre el sistema de distribución.
Un factor adicional que preocupa a Aguas Santafesinas son los cortes de energía programque podrían afectar el funcionamiento de las bombas que impulsan el agua hacia el centro de la ciudad. Si bien la empresa cuenta con generadores propios y cisternas de respaldo, estas soluciones tienen un límite de capacidad. En caso de cortes prolongados de energía, la baja de presión en el suministro de agua se hace inevitable.
Boscarol detalló que en caso de interrupciones en el servicio eléctrico, las bombas de agua no pueden funcionar correctamente y se produce una baja de presión en el sistema. “Cuando la energía vuelve, hay un manejo gradual de la presión, porque si no, el fenómeno conocido como golpe de ariete puede dañar las cañerías y provocar roturas”, explicó el director de Aguas Santafesinas.
Un factor adicional que agrava la situación es el bajo nivel del río. Cuando el nivel del río baja, la captación de agua se ve limitada, lo que demora el proceso de potabilización. Este fenómeno puede generar una demora en la entrega de agua a los usuarios, lo que intensifica el problema de presión baja en la red de distribución.