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A 50 años del viaje más fantástico

Galerías de fotos y videos 13 de julio de 2019
En 1969 la humanidad puso un pie en la Luna. Fue un sueño compartido durante siglos que excedió al mundo científico: se lo leyó en clave antropólogica, ficcional y hasta astrológica.
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EL HOMBRE EN LA LUNA

Atraviesa todo tipo de culturas y religiones y ahora su brillo se reactualiza ante la proximidad del cincuenta aniversario del famoso viaje de la nave Apolo XI, que le permitió al ser humano alcanzar por primera vez el único satélite de la Tierra. Sus fases han sido interpretadas y asimiladas al renacimiento y a la muerte y aún hoy convocan la atención de habitante urbano, aunque los vuelos espaciales tengan menos fama que antes y los cultos antiguos se hayan transformado, atenuado o desaparecido. ¿Por qué persiste la fascinación por el astro lunar?

La histórica travesía que llegó al satélite el 20 de julio de 1969 fue inmortalizada en directo por la TV ante una audiencia mundial que lo vivió como si hubiera estado en esa nave, y provocó un universo de libros, programas, documentales, artículos periodísticos y conferencias. Más allá de todas las evidencias y de ser el corolario de una serie de pasos previos realizados por astronautas estadounidenses y de la ex URSS, en el marco de una competencia entre Washington y Moscú por apropiarse del espacio, hay quienes echaron a correr la versión de que esa misión en realidad nunca existió y que todo fue un montaje. Esa teoría conspirativa tiene muchos años de vida, pero en un contexto de certezas que se diluyen y de multiplicación de datos falsos o disparatados vía ciberespacio, parece estar remozada. “Las teorías conspirativas existieron siempre, pero con las redes y con esto de que cualquiera puede decir y subir cualquier cosa, se han reforzado. Siempre está el tema de que en realidad no hubo alunizaje en 1969, hasta nos han llamado de algunos medios para preguntarnos, pero ya con una creencia previa”, afirma Mariano Ribas, coordinador del área de divulgación científica del Planetario porteño, que recuerda que allí está exhibida una cápsula con cuatro fragmentos de piedras traídas desde la Luna por la misión Apolo XI.

Para el antropólogo y astrónomo Alejandro López la vigencia de esas teorías, “comparten un trasfondo vinculado a la desconfianza por la ciencia como extensión de los gobiernos y el anhelo-temor por el encuentro con una civilización no humana que resulte en una fuente de respuestas sobre el sentido del mundo”. El escritor y filósofo especializado en ciencia ficción, Pablo Capanna, agrega que esas ideas sin sustento fermentan en “el marco de la caída de los metarrelatos: tendemos a creer más en las fake news y las posverdades que en las noticias, porque nos hacen sentir cómplices”.

La Luna del siglo XXI

Los habitantes de las ciudades, cuando el ritmo de la vida lo permite, vuelven su mirada la Luna, más que nada desde la contemplación estética, aunque hay quienes buscan en sus formas una posible incidencia en la vida. López cree que “el contexto urbano cada vez más frecuente para gran parte de la población humana ha hecho que tengamos un conocimiento cotidiano menor sobre la Luna que el de las generaciones que nos precedieron. Así, por ejemplo, ya no solemos saber en qué fase del ciclo lunar nos encontramos”. Curiosa situación de una época saturada de datos pero que, al menos con estos ejemplos, demuestra una mayor ignorancia de fenómenos cotidianos.

En paralelo, la ciencia nunca deja de auscultar al único satélite terrestre. En esa órbita, Ribas destaca que, dentro de los hallazgos científicos más recientes, en términos históricos, hay uno que resalta: “Desde hace unos 20 años se encontró agua congelada en las zonas más polares de la Luna; ese descubrimiento de hielo no es importante solo por lo científico, sino porque esa presencia favorece la posibilidad de asentamientos humanos en el futuro. Cuando en 2020 vuelvan misiones tripuladas a la Luna, ese hallazgo servirá de mucho”. Por ese motivo hubo quienes imaginaron la posibilidad de vivir en la Luna ante un hipotético desastre nuclear en la Tierra o un cataclismo arrasador.

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