No era un partido más en barrio Alberdi. Era "el partido". Después de un banderazo que reunió a los hinchas y el plantel, para demostrar apoyo en un difícil momento, la ilusión era que la racha negativa comenzaba a cortarse ante Nueva Chicago. Entre el deseo y la necesidad. Pero nada de eso pasó. 

La crema fue goleado y humillado en su propia casa. Perdió 5 a 1 ante el "Torito" de Mataderos que hizo lo que quiso, cuando quiso. A tal punto que en el primer tiempo el encuentro ya estaba definido, teniendo en cuenta que el rival se retiró al descanso con tres goles de ventaja. 

En el segundo tiempo, con un poco de amor propio y un "quedo" de Chicago, Atlético llegó al descuento e intentó seguir acortando diferencias, pero no hubo caso. Con dos contrataques letales estiró la ventaja y puso de rodillas a un Atlético que, finalizado el encuentro, se retiró abucheado por sus hinchas. Bronca, tristeza y resignación: ese es el orden de sentimientos por estas horas en barrio Alberdi.

Para peor, el entrenador suspendió la habitual conferencia de prensa que suele dar pos partido y todo parece indicar que no continuará al frente del equipo. En un escenario medianamente normal, con los números que presenta Nardozza desde que llegó y la goleada ante Chicago, un entrenador pondría en duda su continuidad. Con la realidad que atraviesa Atlético, las chances se potencian.

El próximo partido será ante Deportivo Morón en condición de visitante y ahora habrá que esperar el resultado de Brown de Adrogué que, en caso de ganar, superará a Atlético en la tabla de posiciones y lo mandará al fondo, al último puesto, ese que está reservado para que un equipo pierda la categoría.