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Rosario está sacudida tras las balaceras a locales gastronómicos

Un carribar y una parrilla fueron baleados durante el fin de semana sin móviles aparentes. Tres heridos fuera de peligro.

Provinciales23/11/2021Radio ADN 97.9 FM - RafaelaRadio ADN 97.9 FM - Rafaela
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Con la saga de media docena de ataques a balazos contra minimercados estaciones de servicio sin esclarecer, la ola de “terror a la rosarina” se enfocó ahora en dos tradicionales locales gastronómicos —uno en el centro— que fueron blancos de balaceras casi simultáneas durante la noche del domingo. Primero fue el turno de Jorgito Junior’s, uno de los carritos más importantes de la ciudad ubicado en 27 de Febrero al 800, y minutos después fue atacada la parrilla El Establo en Pellegrini al 1700. En ambos ataques hubo personas heridas aunque en principio ninguna de gravedad. Y causaron una lógica conmoción, no sólo a las víctimas presenciales sino prácticamente a todos los rosarinos que durante la jornada de ayer no dejaban de ver el video de una cámara de vigilancia en la que se podía ver a un gatillero que estaciona su moto en la vereda de la parrilla, le hace un ademán a un empleado del lugar para que se corra y dispara al menos cuatro veces contra el lugar: una bala destruyó una botella de vino en una mesa donde había gente comiendo y otra alcanzó a un mozo que ayer se recuperaba sin que pudieran extraerla.

El fin de semana largo con la ciudad a tope de turistas le dio un marco especial a esta saga de ataques que, sin amenazas previas ni pedidos de dinero contra los dueños de los lugares atacados, todavía se investigan como hechos de intimidación pública cuyos móviles no pueden superar la vara de las conjeturas. En este contexto fueron este lunes las autoridades policiales de la ciudad quienes convocaron a la prensa para brindar, ayer a la tarde, su parecer sobre la situación y exponer alguna de las hipótesis con las que estarían trabajando.

A las 23.40 del domingo la plaza Lucio Fontana de 27 de Febrero al 800 estaba tan colmada como de costumbre con gente pasando la noche sobre el césped o las escalinatas. La previa del feriado del lunes, último fin de semana largo del año, le había brindado a la noche la posibilidad de extenderse un poco más. En ese clima muchas personas hacían fila en el local de comida Jorgito Junior’s para cenar ahí mismo o bien cruzar a la plaza. Todo tranquilo hasta que, de repente, los tiros.

El primer aviso a la policía indicó que dos hombres que circulaban en moto por 27 de Febrero gatillaron en movimiento contra el negocio donde varias personas esperaban su turno para hacer sus pedidos, cenar ahí mismo o llevarse la comida. El local no tiene ventanales ni puertas, sino que el mostrador donde se realizan los pedidos está casi en la vereda.

Luego de los balazos la clientela optó por correr o tirarse al piso. Como consecuencia del fugaz atentado dos adolescentes de 16 y 18 años resultaron baleados, pero ayer ya estaban fuera de peligro. Los fiscales de la Unidad de Balaceras ordenaron al gabinete criminalístico de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) para levantar rastros, tomar testimonios y relevar cámaras de vigilancia de la zona. En la escena se levantaron cuatro vainas servidas y se constataron dos impactos en el frente del local.

Menos de diez minutos después el blanco del ataque fue la parrilla El Establo de Pellegrini al 1700. Eran cerca de las 23.50 cuando un hombre llegó en una moto que detuvo en la vereda que este restaurante, a diferencia de la gran mayoría de comercios gastronómicos del paseo, no utiliza para desplegar mesas y sillas. Con el casco puesto, sin apagar el motor ni bajar del vehículo, el tiratiros hizo un ademán a un trabajador del local para que se corriera y extrajo un arma de fuego con la que realizó cuatro disparos. Acto seguido guardó el arma y se dio a la fuga.

Acá podría haber habido muchos muertos”, dijo Osvaldo De Marco, dueño de la parrilla, y afirmó que —tal como los propietarios de las estaciones de servicio atacadas al comienzo de esta saga de intimidación pública— no habían recibido amenazas ni tienen problemas que expliquen un ataque como el sufrido. “Somos gente de trabajo, no tenemos problemas, no tenemos deudas, ni un sí ni un no con un vecino”, resumió el comerciante, y lamentó la situación que atraviesa la ciudad.

Por último, durante el fin de semana se registró un ataque a balazos contra la sede del Sindicato de Camioneros, de Pasco al 1000, en un hecho que no dejó heridos.

Este cúmulo de atentados representan la gravedad particular de haber ocurrido en lugares donde hay actividad social. Tanto en las estaciones de servicio como en las escuelas o locales gastronómicos no sólo se vieron afectados por estos hechos los encargados y trabajadores sino también los vecinos que los frecuentan. La sensación alrededor de cada episodio es el temor de que algo similar vuelva a ocurrir en cualquier momento. El miedo está ganando lugar en más espacios públicos, ya no sólo en los barrios donde se registra la mayor cantidad de balaceras y homicidios a toda hora.

Hasta anoche, más allá de la conferencia de prensa convocada por funcionarios policiales, no habían aparecido declaraciones de parte de funcionarios locales o provinciales que puedan dar cuenta de la preocupación política sobre esta situación. Desde el Ministerio de Seguridad de la provincia aseguraron que su titular Jorge Lagna estuvo reunido durante el mediodía del lunes con representantes de la fiscalía y de la policía. Mientras que desde el Ministerio Público de la Acusación indicaron que la fiscalía de Flagrancia espera avances a partir de las primeras medidas de investigación tomadas a partir de los últimos hechos.

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