La RAE rechazó el lenguaje inclusivo e incorporó términos digitales y abreviaturas
Las redes sociales y la comunicación digital se convirtieron en parte de nuestras vidas. Cientos de palabras y expresiones propias de este mundillo, junto a los emojis o smileys (las "caritas" hechas con símbolos) no tenían un consenso entre los especialistas de la lengua. Ahora, la Real Academia Española (RAE) consensuó algunos de estos usos típicos de Internet y de la mensajería instantánea, junto con otras consideraciones gramaticales y ortográficas del género.
Hay varias recomendaciones contraintuitivas. Por ejemplo, la RAE habilita en su flamante Libro de estilo de la lengua española, editado por Espasa, el uso de abreviaturas como "tqm" ("te quiero mucho") y sugiere escribir "yutubero" en vez de youtuber. También plantea que es mejor decir "memoria USB" o "lápiz de memoria" que pendrive. El glosario de este tipo de términos incluye como sugerencias escribir "guasap" o "tuit", o "jáquer" en vez de "hacker".
Los nuevos consensos de los lingüistas abarcan temas más controversiales, como el denominado lenguaje inclusivo, que es muy utilizado entre los colectivos feministas y los activistas que luchan por el respeto de las diversidades sexuales. En el primer capítulo de la publicación, la RAE mantiene su postura de rechazar el tipo de expresiones como "todxs", "todes" o "tod@s" por considerarlas "innecesarias". Se sostiene que las palabras en masculino "puede abarcar el femenino en ciertos contextos" y tampoco admite los duplicados, como "los argentinos y las argentinas".
En el punto "Cuestiones gramaticales", afirma que "el masculino, por ser el no marcado, puede abarcar el femenino en ciertos contextos. No hay razón para pensar que el género masculino excluya a las mujeres en tales situaciones".
En este sentido García de la Concha mencionó la influencia de las universidades de EE.UU. en referirse como género (gender) a lo que en español se denomina "sexo" y se define como "una condición orgánica que tiene poco que ver con el género", y rechaza ejemplos como "los españoles y las españolas". Quien dirigió la RAE entre 1998 y 2010 afirmó: "No hace falta forzar para duplicar, no hablamos así".
Otro punto que incluye el manual en relación con este tipo de comunicación es que se admite que no haya signos de apertura para las exclamaciones o interrogantes. Lo principal es que "quede claro dónde comienzan" esas interpelaciones.
El director honorario de la RAE, Víctor García de la Concha, anunció ayer en una conferencia de prensa que el manual está destinado al público en general y que su existencia se justifica en que las nuevas tecnologías "están cambiando el mundo y la escritura". Por eso en uno de los apartados del libro se analiza puntualmente todo lo vinculado con la comunicación digital; donde están incluidos los emoticones, el correo electrónico, las páginas web, los neologismos, el periodismo digital, las redes sociales y la mensajería instantánea.
En la misma línea, el libro incluye un apartado sobre ortotipografía, que son "los usos por los que se rige la escritura no manual, la de signos tipográficos". Cuenta también otro agregado sobre pronunciación y elocución. "En muchos presentadores de televisión hay falta de orden en la entonación, parten las frases y separan sujetos de predicados, sustantivos de sus adjetivos", advirtieron.
El libro plantea usos, no impone ni pontifica
La obra fue elaborada con el acuerdo de las 23 instituciones que integran la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale). El secretario general de la entidad, Francisco Javier Pérez, puso un matiz en el debate lingüístico. Dijo que "ningún país es titular" del español y que este es un libro que "plantea usos, no impone ni pontifica, sino que recomienda y alerta de imprecisiones, pero sin dogmatismos".
En la misma línea, García de la Concha recordó que el trabajo busca resolver "las dudas por los continuos cambios de una lengua tan viva" que hablan unos 570 millones de personas. Recordó que la edición web del diccionario de la RAE "recibe 65 millones de consultas mensuales" con interrogantes sobre gramática, lingüística y vocabulario de la lengua española.
Ana Rosa Semprún, directora de la editorial Espasa, resaltó en rueda de prensa que es "la primera vez que la RAE hace un libro de estilo. Es, además, uno práctico con intención didáctica que ayudará al usuario".
Fuente: Infobae