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Hace 18 años, la rafaelina "Pitu" Salerni alcanzaba la gloria en Wimbledon

Con 17 años, María Emilia le ganaba a la ucrania Tatiana Perebiynis por 6-4 y 7-5 en la final de juniors. Con el triunfo se convertía en la primera campeona de nuestro país en singles y además en la nueva Nº1 del mundo en juveniles. Mirá el video del punto de la consagración.
Salerni

El reloj del court Nº 1 de Wimbledon marcaba 6.43 de la tarde. "Vamos", gritó y 6000 personas se pusieron de pie para ovacionarla. María Emilia Salerni pegó dos saltos y salió corriendo a buscar los brazos de su hermana, Mariana, y de su entrenador, Sergio Ledesma. A los 17 años, la chica de Rafaela conseguía la victoria más importante para la Argentina en Wimbledon, el lugar donde nació el tenis.

El cuento de hadas de Pitu Salerni acababa de transformarse en la película de su vida. Acababa de vencer a la ucrania Tatiana Perebiynis por 6-4 y 7-5 en la final de la prueba de juniors y se convertía en la primera campeona de nuestro país en singles en el All England y además en la nueva Nº1 del mundo en juveniles.

Con lágrimas recibió el trofeo, pero no tuvo tiempo de celebrarlo allí. La invitaron al court central, donde poco antes Venus Williams también había hecho historia al ganar la final femenina de las "grandes". Ingresó por la puerta del box real, y como en un cuento de hadas, parecía una princesa. En ese instante, los australianos Todd Woodbridge y Mark Woodforde levantaban por sexta vez la copa del dobles. John Barrett, el anunciador oficial, anunciaba que el duque de Kent estaba por recibir a la campeona juvenil. Dijeron su nombre. Levantó la copa. Una ovación de 10.000 personas y la misma lluvia de flashes que en la mañana había recibido Venus Williams iluminaron su cuerpo vestido con un equipo de gimnasia azul. María Emilia Salerni, en medio de la realeza, vivía ese instante soñado por cualquier tenista. Tras una fría y lluviosa tarde, el All England Tennis & Croquet Club estaba a sus pies.

Se encontró con Enrique Morea, titular de la Asociación Argentina de Tenis. Un beso y un abrazo se confundieron con la lógica emoción. Otro argentino ilustre de los courts, José Luis Clerc, dejó un rato su papel de comentarista de TV para saludarla. El tenis argentino vivía una hora inolvidable y para el eterno recuerdo.
La táctica conversada con Ledesma, antes de salir a jugar y durante la interrupción, era atacar a Perebiynis (2a) sobre su revés. La Pitu, cuarta favorita, ejecutaba todo a la perfección, pero el saque no le respondía como ella lo pretendía. No es un aspecto para preocuparse ahora. Son cosas lógicas de este mundo de los juveniles.

Lo importante es que Salerni supo encontrarle la vuelta al partido en los dos momentos clave que tuvo para concretarlo: después de la lluvia, con el encuentro 4-4, su saque y 40-40, y en el capítulo decisivo, con una desventaja de 3-5 y unos nubarrones sobre su tenis más oscuros que los que ensombrecían el terreno de la consagración. Pero Salerni se hizo dueña y señora del césped. No permitió la recuperación de su adversaria y dio el paso final para ingresar de lleno en la historia.

Fue allí cuando el temple y el fantasma de la ilusión que se vistió de tenista con el coraje de Guillermo Vilas, el revés de Gabriela Sabatini, las velocidad de piernas de Martín Jaite, las voleas de drive de su coterráneo Javier Frana, la potencia de Enrique Morea, el drive de José Luis Clerc, las ilusiones de Raquel Giscafré y Norma Baylon, y las ambiciones de todos aquellos que pisaron y no pudieron celebrar en este césped tan venerado se metieron en el cuerpo de la rubiecita Salerni.

La cuna del tenis ya la tiene, a María Emilia Salerni, como una de sus campeonas. Y lo hizo por la puerta grande. Sin dejar dudas. Ya atesora un tesoro invalorable. Con recuerdos, aromas y personas de un día, como dice Fito Páez, que nunca va a borrar...

Fuente: Nota de La Nación (09/07/00)

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