El barrio 30 de Octubre sufre por la inseguridad y su presidente lo sabe: "viene mal"

Una vivienda abandonada ubicada en calle Alvear al 700, en barrio 30 de Octubre, se convirtió en foco de reclamos  por parte de vecinos del barrio 30 de octubre. Personas ajenas al barrio utilizan el lugar como refugio nocturno, dejando basura, realizando actividades indebidas a plena luz del día y generando una constante sensación de inseguridad entre quienes viven en la zona.

Santiago Solaro, presidente de la vecinal, explicó en diálogo con el programa radial "Todo Sigue Igual" que “si bien no se trata de okupas que viven dentro de la propiedad, es habitual que estas personas se instalen en el ingreso o galería, con comportamientos que afectan directamente a los vecinos”.

Solaro confirmó que la comisión recibió una nota con firmas de residentes preocupados por la situación. “La mayoría vive hace dos o tres años allí y ya no dan más. Vamos a elevar la nota al secretario de Seguridad, a la Coordinación de Vecinales y al Concejo Municipal”, detalló.

Actualmente, el Municipio trabaja en conjunto con Catastro para identificar a los propietarios del inmueble, quienes no residirían en la ciudad. Mientras tanto, la intervención de la policía parece insuficiente: “El 911 actúa, los retira, pero al rato vuelven”, explicó.

PREOCUPACIÓN GENERAL

Además del conflicto puntual con esta casa, Solaro manifestó su preocupación por el estado general del barrio: “Hay inseguridad todos los días, a cualquier hora. Tenemos cámaras, patrullaje, pero no alcanza. Y encima, muchas calles quedan muy oscuras de noche”.

Sobre la higiene urbana, también dejó una reflexión crítica: “Se insiste con separar los residuos, pero después hay gente que rompe las bolsas o revuelve la basura antes que pase el recolector. No podemos ponerle toda la responsabilidad al Municipio. Como ciudadanos también debemos comprometernos”.

La situación en 30 de Octubre refleja una problemática más amplia que atraviesa muchos barrios de Rafaela: el abandono de inmuebles, la falta de controles efectivos, y la convivencia alterada por situaciones que requieren respuestas urgentes y coordinadas entre vecinos, municipio y fuerzas de seguridad.