León XIV inició su pontificado con un llamado a la paz, la unidad y la justicia social

En una ceremonia cargada de símbolos y solemnidad, el papa León XIV inició oficialmente su pontificado con una misa celebrada en la Plaza de San Pedro ante más de 150.000 fieles y delegaciones de más de 150 países. Desde el corazón del Vaticano, el nuevo pontífice ofreció su primera homilía con un firme llamado a la unidad de la Iglesia, la paz global y la justicia social.


“La muerte del papa Francisco llenó de tristeza nuestros corazones”, fueron sus primeras palabras, en homenaje a su predecesor. Luego, León XIV marcó el tono de su gestión con críticas al actual modelo económico: “Vemos aún demasiada discordia, demasiadas heridas causadas por el odio, la violencia, los prejuicios, el miedo a lo diferente, por un paradigma económico que explota los recursos de la Tierra y margina a los más pobres”.
El pontífice insistió en la necesidad de que la Iglesia sea “signo de unidad y comunión, que se convierta en fermento para un mundo reconciliado”. También expresó su deseo de que los cristianos sean “una pequeña levadura de unidad, de comunión y de fraternidad”, e invitó a los fieles a mirar a Cristo y acoger su Palabra.
La jornada comenzó con un momento de recogimiento en la cripta vaticana, donde León XIV oró ante la tumba de San Pedro, acompañado por los patriarcas de las Iglesias católicas orientales. Luego fue revestido con la tiara papal en una ceremonia íntima y simbólica, que dio paso al recorrido en papamóvil por la plaza, donde fue recibido con cánticos y aplausos de “¡Leone, Leone!”.
Durante la misa, recibió los elementos tradicionales del pontificado: el palio, colocado por el cardenal protodiácono Dominique Mamberti, y el anillo del Pescador, entregado por el cardenal filipino Luis Antonio Tagle.
Desde el balcón central de la Basílica de San Pedro colgaba un gran tapiz con la imagen de la pesca milagrosa, evocando el llamado de Pedro por parte de Jesús. La liturgia comenzó con el canto de las Laudes Regiae, letanías solemnes que mencionan a los papas santos.
La celebración contó con un fuerte operativo de seguridad debido a la presencia de destacadas figuras internacionales, entre ellas los presidentes de Italia, Ucrania, Israel, Colombia, Perú, Portugal y Polonia, así como jefes de Estado europeos y representantes de organismos multilaterales como la Unión Europea y Estados Unidos.
Al término de la misa, León XIV volvió a recorrer la plaza en el papamóvil, saludando a los fieles aunque sin detenerse. Miles de personas que no lograron ingresar siguieron la ceremonia desde pantallas gigantes instaladas en la vía della Conciliazione.
Con este comienzo, el nuevo pontífice marca una continuidad con la visión social y pastoral de Francisco, pero también deja entrever una fuerte impronta propia, centrada en la reconciliación, la ecología y la justicia para los más excluidos.