Este martes, el presidente Joe Biden dio un discurso desde la Casa Blanca en el que defendió la retirada de Estados Unidos de Afganistán. "Respaldo firmemente mi decisión. Después de 20 años he aprendido por las malas que nunca hubo un buen momento para retirar las fuerzas estadounidenses", declaró. El mandatario reconoció que el gobierno afgano cayó más rápido de lo que esperaba pero aclaró que el interés nacional en Afganistán siempre fue sobre la prevención de ataques terroristas en suelo estadounidense: "nunca se suponía que la misión en Afganistán fuera construir una nación", postuló. Por otra parte, Biden amenazó a los talibanes con represalias si interrumpían las operaciones de evacuación en el aeropuerto de Kabul, la capital afgana. 

La toma del poder por parte de los talibanes se produjo el pasado domingo después de que la OTAN pusiera fin a su misión de 9.500 efectivos tras la decisión de Biden de retirar a las tropas estadounidenses. Mientras los ciudadanos intentan salir del país, las potencias mundiales comenzaron a reacomodarse frente al nuevo escenario político. En este marco, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, instó a las partes en conflicto a ejercer la "máxima moderación", asegurar la ayuda humanitaria y "proteger" a los civiles. Los talibanes ya dejaron claro que no habrá un Gobierno de transición sino "un traspaso completo" del poder y se comprometieron a mantener el orden y la seguridad en las localidades bajo su control.