"Esto pasó este último sábado, 6.30 de la mañana. Me despierto con un golpe fuerte. Nosotros vivimos en la parte de atrás del negocio, tenemos nuestra casa. Cuando vengo para el negocio porque me imaginé alguna cuestión así, veo vidrios todos tirados. no veo nada desacomodado. A esto llamo a mi marido porque tenía al mismo tiempo mucho miedo -esta es la quinta vez que nos entran-. Estaba todo acomodado, no tenía nada fuera de lugar. No sabía si tenía al ladrón adentro, si estaban por entrar, si estaban viendo si estaba por sonar alguna alarma, que había pasado. Se levanta mi marido al mismo tiempo y abre la puerta del costado que es la del garage, y ahí ve que teníamos todo tirado. El cajoncito que uso para guardar papeles, los sobres con el dinero de la cobranza. Fueron puntualmente por el dinero". De este modo relata los hechos ocurridos durante el fin de semana Vanina Rodríguez, titular de un comercio dedicado a la venta de ropa y calzado,  ubicado en el barrio Güemes de nuestra ciudad.

POR CADA ROBO, UNA NUEVA MEDIDA DE SEGURIDAD

En una carrera donde la victoria siempre es de los que delinquen, Vanina cuenta que por cada hecho sobre su propiedad incorporó algún dispositivo o alternativa para sumar seguridad. Todo fue en vano. "Cada vez que nos sucedieron cosas hemos puesto más protección nosotros. Desde la puerta de blindex, pasamos a las rejas; después sensores para poder abrirle a la gente, porque tuvimos dos entraderas, una de ellas a mano armada; nuestros clientes se tienen que acostumbrar a que nosotros los aceptemos desde adentro. Cámaras de seguridad. Tengo toda la casa toda enrejada enrejada, pinches en el patio, el frente ahora también. El pedacito por donde entraron, que es un tapial compartido de 1.50 m también le tuvimos que poner pinches".

VELOCIDAD "TURBO" POR EL "AYUDÍN"

"20 segundos le llevó, 20 segundos. No hay alarma, no hay nada que los pare. Esta persona que entró estaba drogado, porqué demasiada energía, demasiada movilidad y velocidad" contó la comerciante que además, tiene la certeza de los autores. " Siempre fueron gente del barrio". 

Vanina Rodríguez también tuvo un párrafo para reconocer amabilidad y predisposición en las fuerzas de seguridad. Pero sin resultados. "Las leyes no acompañan, y por el lado de la policía, siempre te atienden bien porque -pobres pibes- la mayoría me ha tocado pibes que vienen de afuera, son predispuestos, amables. Esta vez vino la PDI para tomar huellas" finalizó la titular del comercio damnificado.