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Como es la relación de Mafalda con los demás personajes

Información General 30 de septiembre de 2014 Por Radio ADN 97.9 FM - Rafaela
Quino creó a Mafalda en 1964 y hasta nuestros días circula por distintos rincones del planeta. Protagonistas y antagonistas se relacionan y se cuestionan para pintar diferentes situaciones.

"¡Sonamos, muchachos! ¡Resulta que si uno no se apura a cambiar el mundo, después es el mundo el que lo cambia a uno!”. Con este grito Mafalda alerta a sus amigos –y a los lectores también– una y otra vez, de distintas maneras. “El mundo adulto está contaminado y los niños son el porvenir, pero es necesario estar muy atentos porque los adultos de hoy fueron los niños de ayer y la cosa está podrida”.

Abundan las reflexiones en estas tiras. Pero más abundan las invitaciones a reflexionar. El libro Toda Mafalda puede ser leído de un tirón o repasado miles de veces. El humor de Joaquín Salvador Lavado, Quino, es así: ácido. Nos hace reír, pero después nos damos cuenta de que lo que acabamos de leer es idéntico a esa amarga realidad que nos rodea. Quino nos propone cambiar el mundo o, por lo menos, cuestionarlo tal como se presenta.

Las tiras de Mafalda no tienen fecha de vencimiento. No caducan. Los temas políticos y sociales que se abordan están enmarcados en la situación local y mundial de 1964, que, claramente, no era igual a la actual, pero los análisis de estos personajes se pueden adaptar y trasladar a nuestros tiempos.

En nuestra cotidianidad, muchas veces nos encontramos frente a los escenarios aquí retratados. Protagonistas y antagonistas se entrelazan y se cuestionan para pintar diferentes cuadros. Una Mafalda extremadamente comprometida con la situación social confronta con aquella Susanita egocéntrica y prejuiciosa. Un Manolito capitalista saca de quicio a una Libertad socialista.

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Por Agustina Boldrini y Juan Colombato  - La voz.com.ar

A veces nos reflejamos en la fiaca de Felipe, los sueños de formar una familia de Susanita, la preocupación por el mundo de Mafalda, la forma excesiva de cuidar el auto que tiene el padre de Mafalda, la brutalidad de Manolito o las reflexiones sobre sí mismo que hace Miguelito. Asimismo, la tortuga Burocracia corre a nuestra cabeza cuando estamos en una oficina pública. En suma, es imposible no sentirse identificado con alguno de los personajes.

Mafalda es la abanderada del feminismo. Se lamenta de que Raquel, su mamá, no sea una mujer profesional e independiente. También se lo reprocha. Por ejemplo, cuando conoce a la madre de Libertad, que es traductora de francés y ejerce su profesión, le dice a su mamá: “Porque, claro, cuando se casó no abandonó los estudios como hacen muchas”.

Sin embargo, en una tira, quizá muy cuestionable, Mafalda se pregunta por qué las mujeres no son presidentas de la nación. Entonces, imagina a una señora en ese rol que lee un libro con los secretos de Estado y luego llama a alguien para chismear. La tira termina con un “ah” como reflexión. Raro…

La radio encendida, la música de los Beatles, los juegos de malos contra buenos, la lectura de cómics, las conversaciones en sillitas pequeñas, los paseos por la plaza, el almacén de Don Manolo, la escuela, el globo terráqueo, el ajedrez, el Citroën 2CV son íconos que nos remiten a este mundo que nos invita a hacer un lugar diferente al que hicieron nuestros padres.

 

 

Fuente: www.lavoz.com.ar

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