"Locomotora" Oliveras lucha por su vida y enciende una ola de fe popular

Alejandra “Locomotora” Oliveras permanece internada en la unidad de terapia intensiva del Hospital Cullen, en la ciudad de Santa Fe, luego de haber sufrido un accidente cerebrovascular. Si bien su estado sigue siendo delicado, en las últimas horas comenzaron a aparecer signos neurológicos que renuevan la esperanza de sus seres queridos y seguidores.

Su hermano, Jesús Oliveras, expresó con emoción que Alejandra empezó a responder a estímulos: “Abre los ojos, aprieta la mano. Aunque parezcan señales leves, son enormes. Eso quiere decir que no hay daño en partes vitales del encéfalo como el tronco cerebral”.

Según explicó, los médicos están reduciendo de manera progresiva la sedación para evaluar su evolución neurológica. En ese proceso se vivió una escena que marcó a la familia: “Mi hermana Roxana le dijo: ‘hermana, si me escuchás, apretame la mano’... y ella se la apretó. Eso nos llenó de esperanza”.

Un país que reza por la campeona
La noticia del estado de salud de la campeona mundial movilizó a miles de personas en todo el país. Cadenas de oración, mensajes de aliento y gestos solidarios llegaron desde distintas provincias. “Locomotora es del pueblo. Me llaman de iglesias, me mandan videos orando por ella. Ayer hicimos una cadena nacional. Es emocionante. Yo soy un hombre de fe y sé que eso ayuda”, contó Jesús.

En paralelo, se organizó un abrazo simbólico frente al Hospital Cullen. “Llovía mucho y no pudo ir tanta gente, pero fue muy emotivo. Hoy sí la voy a ver. Estoy en Santa Fe y no me pienso mover”, agregó.

Mucho más que una atleta
En medio de versiones sobre diferencias con los hijos de Alejandra, su hermano aclaró que no hay conflictos personales, sino distintos modos de atravesar el momento. “Ellos quieren mantener todo en la intimidad. Yo los entiendo, están sufriendo. Pero Alejandra no es solo de ellos. Es de todos. Ella es una inspiración. Siempre decía: ‘levantate, luchá, no sabés cuánto tiempo vas a estar vivo’. Y eso es lo que estoy haciendo: luchando con fe y contándole a la gente cómo está, para que se una en oración”.

Cuando se le preguntó por el momento en que su hermana abrió los ojos, Jesús no dudó en su respuesta: “Fue un milagro. No hay otra forma de describirlo”.

Mientras el país espera novedades, la “Locomotora” sigue dando pelea, esta vez desde una cama de hospital. Y millones de personas la acompañan, con el corazón en alto.