Melanoma: el cáncer de piel más agresivo que alerta al mundo

El melanoma es el tipo de cáncer de piel más peligroso, aunque no el más frecuente. Se origina en los melanocitos —las células que producen melanina— y puede desarrollarse tanto sobre piel sana como a partir de un lunar preexistente. Su capacidad para diseminarse rápidamente a otros órganos lo convierte en un desafío grave para la salud pública global.


Según datos de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC), en Argentina se diagnosticaron más de 1.600 casos de melanoma en 2024 y se estima que esa cifra superará los 2.400 hacia 2045. A nivel mundial, se proyectan más de 500.000 nuevos diagnósticos y casi 100.000 muertes anuales por esta causa para 2040, cifras que reflejan un crecimiento alarmante.
Identificarlo a tiempo puede salvar vidas
Detectado en etapas iniciales, el melanoma tiene altas probabilidades de curación. Para ello, es fundamental observar la piel con atención, en especial los lunares. Un método útil para reconocer señales de alerta es la regla del ABCDE:
- A de Asimetría: una mitad del lunar no coincide con la otra.
- B de Bordes irregulares: contornos dentados o mal definidos.
- C de Color desigual: presencia de varios tonos en una misma lesión.
- D de Diámetro: superior a 6 mm (aproximadamente el tamaño de una goma de lápiz).
- E de Evolución: cambios en tamaño, color, forma o síntomas como picazón o sangrado.
Prevenir, el primer paso
La exposición solar sin protección es el principal factor de riesgo evitable. Para reducirlo, se recomienda:
- Usar ropa que cubra brazos, rostro y pecho.
- Aplicar protector solar con FPS mayor a 30, y reaplicarlo cada 2 horas o después de mojarse o transpirar.
- Evitar el sol entre las 10 y las 16 horas.
- No exponer directamente al sol a bebés menores de un año.
Recordar que los rayos UVA atraviesan las nubes, por lo que los cuidados deben mantenerse incluso en días nublados.
En el marco del Día Mundial del Melanoma, especialistas y organizaciones de salud insisten en que la prevención y la consulta médica ante cualquier cambio en la piel son claves para reducir el impacto de este cáncer silencioso pero letal.