Las perlitas de Messi en el amistoso entre el Inter Miami y Newell’s
Lionel Messi jugó 60 minutos en el especial amistoso entre el Inter Miami, su actual club, y Newell’s, la institución que lo vio nacer y de la cual es hincha. El test disputado en el DRV PNK Stadium, último antes del inicio de la Major League Soccer, tuvo un fuerte contenido emotivo. Desde los homenajes de la Lepra a la Pulga y a Gerardo Martino, una leyenda aurinegra, al reencuentro con ex compañeros de la selección argentina como Maxi Rodríguez y Éver Banega, con quien dialogó animadamente en el círculo central antes del cotejo.
Con el debut en la MLS a la vuelta de la esquina (el próximo miércoles ante Real Salt Lake), el entrenador optó por cuidar a la Pulga (que se perdió parte de la gira por Asia por lesión) y a Luis Suárez, y los sacó a los 16 minutos del segundo tiempo. Pero, antes, el delantero campeón del mundo, de 36 años, fue lo más peligroso de su equipo, que mereció irse al descanso en ventaja. Para el público dueño de casa que cubrió las graderías, y para los 1.000 fanáticos de Newell’s, las emociones estuvieron fabricadas por el astro rosarino.
Fueron tres las jugadas con su sello. A los 30 minutos, se combinó en tres cuartos de campo y aceleró apenas recibió. Se perfiló y, en el borde del área, definió de izquierda, con sutileza, pero su toque pasó junto al palo derecho del arco defendido por Lucas Hoyos.
Hubo más. A los 37, el árbitro sancionó una mano al límite de la zona penal y Messi se relamió. Sacó un disparo a media altura, con una rosca excelsa, pero su intento también viajó junto a un poste de la meta visitante. Mereció inflar la red. Antes de marcharse a los vestuarios para los 15 minutos de reposición de energías, probó dos veces batir a Hoyos desde el córner. No estuvo lejos.
Y a los 7′ del complemento inventó la tercera acción de riesgo de su menú. Recibió sobre la izquierda y con ventaja; cuando la jugada pedía centro, sorprendió al enganchar en una baldosa y soltar el puntazo al primer palo, pero le salió desviado. Tras la ovación por su salida, casi una burla del destino tratándose de un mito como él, cayó el tanto que abrió el score: Shanyder Borgelin cabeceó un centro cerrado que desconcertó al portero Hoyos y le puso su nombre a la conquista.
Pero el marcador no se quedó estático. A los 82′, Ryan Sailor salió con liviandad, y Franco Díaz trabó, robó y rubricó el 1-1 tras vencer a Callender.
El ex Barcelona y PSG cumplió casi todos sus sueños en el fútbol, incluyendo el título mundial en Qatar que cerró un círculo. Tal vez, la cuenta pendiente sea calzarse oficialmente alguna vez la casaca de la Lepra que lo cobijó en Infantiles y en las tribunas del Coloso de Parque Independencia. Pero al menos se dio el gusto de enfrentar a Newell’s en un duelo con los colores de un homenaje.
Fuente: Infobae.com