No estábamos preparados. Así son los momentos duros de la vida, en dónde las palabras sobran y nada nos anima. 
Si bien sabemos que una parte de nosotros está apagada, nuestro ADN es afrontar los momentos y salir a dar lucha.
 Nuestro viejo, era un tipo empático, luchador, polifacético, capaz de venderte una publicidad cuando salias de la verdulería. Un hombre honrado, respetado por muchos, humilde, sencillo. Y mucho más.
Se nos fue Marcelo pero luchó con dignidad, nos enseñó hasta lo último, que hay que seguir adelante pese a todo y a cualquier diagnóstico médico.
Queremos agradecer a cada persona que se acercó a darnos contención, a todos los medios de comunicación, quienes de diferentes maneras hicieron llegar su dolencia y acompañamiento.
Eternamente agradecidos a nuestros familiares, a nuestros amigos, a todos los que forman parte de la radio. 
Pero un párrafo aparte  para los amigos del Colo, que son muchos, esos amigos estuvieron del primer momento, siendo parte de esta maldita enfermedad. Estos amigos que nunca lo dejaron solo, lo bancaron y lo escucharon siempre, ellos saben bien quienes son.
GRACIAS. No tenemos palabras para tanto amor que recibimos, tanto apoyo. 
Nos dejó. 
Partió en paz, dejando una Familia que, con el tiempo, el dolor y la ausencia de un tipo como él, se transformará en el recuerdo de cada día. Te despedimos de este mundo donde el dolor no suele explicarse. Solo duele.
No nos preparó para esto, solo nos enseñó que siendo honestos y trabajando día a día ya es suficiente. 
Estamos convencidos que no sabía de tanto reconocimiento. Nosotros estamos orgullosos, con el pecho inflado de que así sea. Merece esto y mucho más. 
Chau, papi. 
Bienvenido a tu eternidad, allá con tu micrófono. 
Te admiramos, te amamos y te respetamos. Hiciste todo por nosotros, ahora a mostrar lo que nos enseñaste. Te lo ganaste.

Tu esposa Silvia, tus hijos Nicolás, Lucas y María Laura.