Tal como expusiera profusamente Radio ADN, anoche cerca de las 20, dos pasajeros quisieron golpear a otro que había ingresado al colectivo. Después de tomarse a golpes de puño, uno de ellos amenazó con un arma de fuego al chofer y luego a los pasajeros en general. La conmoción fue mayúscula, incluso para el conductor de la unidad que experimentó una crisis de nervios que algunos se atrevieron a describir como un ataque de pánico. El trabajador no pudo continuar su jornada laboral, y el servicio de minibuses se interrumpió por el resto de la noche.

Así las cosas, en la jornada de este jueves los choferes mantuvieron reuniones, dado que muchos de ellos no quieren ingresar en determinados barrios a partir de la noche. Lo ocurrido en el 2 de abril hace resurgir una situación que ya existía, y que, en coincididencia con el acto electoral se maquilló, incrementando los ingresos de los trabajadores del volante en un 12%. No obstante, esa suma extra no convenció a todos. Aquellos que no quisieron cambiar plata por seguridad señalan que el SEOM les habría señalado que no existía alternativa a la negación. "Si la patronal dice que hay que entrar, hay que entrar. Si no te gusta, desafiliate del gremio"  se habría escuchado de parte de los representantes sindicales.

Hoy, con conformidad a regañadientes, los choferes ingresarán en horario nocturno al barrio 2 de abril, con un patrullero escoltándolos o con un policía en el interior de cada unidad. Los choferes estarían dispuestos a interrumpir el servicio si alguna de esas dos alternativas no son cumplidas.