Asesinaron a una concejal brasileña que denunciaba violencia policial
Marielle Franco regresaba de un acto en el centro de la ciudad cuando a la altura del barrio de Estácio un coche cortó el paso del vehículo en el que se trasladaba. Según las primeras informaciones, los asaltantes habrían disparado desde el propio coche.
La policía descartó la hipótesis de un robo ya que tras los disparos no se llevaron ninguna pertenencia. Las primeras teorías apuntan a que los criminales podrían haber seguido a la concejala desde el evento en el que se encontraba ya que el vehículo en el que iba tenía los vidrios oscuros, con lo cual debían saber de antemano que Franco estaba allí.
La noticia cayó como un jarro de agua fría en la ciudad maravillosa. Esta política negra, la quinta concejal más votada de la ciudad, que se definía como una "cachorra de la Maré" (una de las mayores favelas de Rio de Janeiro) era conocida por su cercanía y por su lucha contra el racismo y la violencia policial.
El alcalde de Rio de Janeiro, Marcelo Crivella, aseguró lamentar "el brutal asesinato de una concejal cuya honradez, valentía y espíritu público representaban virtudes inigualables de la mujer carioca". Crivella reconoció "la brillante trayectoria" de la joven política y dijo que la ciudad quedaba "desolada y llena de amargura por la pérdida de una hija inolvidable".
A lo largo de la noche decenas de compañeros de la concejal se trasladaron al lugar del asesinato. Defensores de Derechos Humanos, compañeros de servicios sociales y políticos de su partido hablaban entre lágrimas y asombro con los medios: "Era una persona llena de vida, de ganas, alguien fundamental para nuestra ciudad. Vamos a exigir una investigación rigurosa porque lo sucedido tiene todas las características de una ejecución.
Es inadmisible que suceda algo así, por cada uno de nosotros y por Rio de Janeiro tenemos que resolver este crimen lo antes posible", dijo con los ojos llorosos el diputado del PSOL, Marcelo Freixo.
Amnistía Internacional también recordó el trabajo de Marielle Franco con los jóvenes negros de la ciudad y pidió al estado que "garantice una investigación inmediata del asesinato", en un momento en el que la Seguridad Pública de Rio de Janeiro está controlada exclusivamente por el Ejército, tras la intervención militar que decretó el pasado 16 de febrero el presidente Michel Temer.
"¿Cuántos más tienen que morir para acabar con esta guerra?"Como una premonición se escucha hoy esta frase que Marielle Franco puso en Twitter un día antes de ser asesinada: "¿Cuántos más tienen que morir para acabar con esta guerra?".
La joven política se refería a la muerte del joven evangélico, Matheus Melo, que recibió un disparo al salir de la iglesia el pasado lunes: "Otro homicidio de un joven que puede ir para la cuenta de la Policía Militar", escribió Franco.
Franco era una de las voces más críticas con la intervención militar que funciona en Rio de Janeiro desde el pasado 16 de febrero. Desde esa fecha el Ejército controla a la Policía, los bomberos e incluso las instituciones penitenciarias del Estado. Una medida llena polémica que decretó el presidente Michel Temer bajo la justificación del "combate al tráfico de drogas".