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Se fue una gloria de la ciudad: murió Reinaldo Volken

Deportes 28 de septiembre de 2016 Por Radio ADN 97.9 FM - Rafaela
El ex jugador de Vélez Sarsfield y director técnico de Unión de Santa Fe, Reynaldo Volken, falleció ayer en nuestra cuidad a los 79 años a raíz de un infarto. Fue una gloria del fútbol.
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DT. Volken dirigió a muchos clubes de nuestra Liga.
Reinaldo Pedro Volken dejó marcada a fuego una huella que se mantendrá indeleble con el paso del tiempo en el fútbol rafaelino. Nacido en la vecina localidad de Susana, la práctica del deporte más popular lo cautivó desde que empezó a correr detrás de una pelota en el "campito" que tuviese más a mano para disfrutar de sus tiempos libres.

El chiquilín se distinguió entre los chicos de su misma edad por su contextura, que sobresalía claramente de los otros futbolistas. Compañeros y rivales, aprendieron a respetarlo por su buen porte y por sus condiciones, que también lo hacían diferente.

Desde sus inicios en los potreros hasta que vistió su primera camiseta "oficial" no transcurrió demasiado tiempo, porque Reinaldo creció a un ritmo casi vertiginoso y en su primera experiencia en el Club Almagro mostró un perfil que lo identificaría a lo largo de toda su actuación como futbolista: la personalidad.

Después de jugar para la entidad de barrio Córdoba, se incorporó a las filas del Club 9 de Julio, uno de los grandes del fútbol lugareño, para hacerlo posteriormente en su tradicional rival ciudadano, el Club Atlético de Rafaela.

Muchos sostenían, en aquella época, que Reinaldo "era mejor basquetbolista que futbolista", como hoy lo sostiene su hermano "Titi".
Pero el fútbol lo atrapó definitivamente. Y el "Alemán" no lo dudó cuando le surgió una posibilidad de realizar una prueba en Vélez Sarsfield, una entidad que le abrió las puertas a su ilusión de triunfar en el profesionalismo. Reinaldo vivió en la pensión del club de Liniers durante un tiempo, mientras jugó en tercera. Pero nunca renunció al sueño de ser jugador de primera división en la entidad velezana.

Como muchos objetivos que se fue planteando en su vida, primero como futbolista y después como director técnico, cuando tuvo su oportunidad no la dejó pasar. Integró una recordada línea media con Carmelo Simeone (el auténtico "Cholo", que posteriormente se consagró en Boca Juniors) y Antonio Cielinski.

En el "Fortín", siempre me lo recordaba, tuvo a un compañero excepcional, quizás el "futbolista más talentoso que vi en mi vida, el cordobés Daniel Willington".

Después de jugar tres temporadas en Vélez (1961, 1962 y 1963), pasó a Nueva Chicago, ganándose también el respeto del pueblo de Mataderos. Como en cada plantel que integró, le sentaba bien el rótulo de "Patrón" del medio campo.

Por recomendación de Adolfo Pedernera, un día se marchó a Colombia y en el América de Cali supo ganarse un lugar desde que pisó tierra cafetera. Se convirtió, rápidamente, en el abanderado de un equipo que siempre luchó por algo importante en el campeonato local y que protagonizó clásicos memorables con  el Deportivo Cali.

Figura indiscutida en el fútbol colombiano hasta que decidió pegar la vuelta, Volken dejó un muy buen recuerdo en aquel país.
De regreso, ni por asomo se le ocurrió alejarse de su pasión.
Y siguió ligado al fútbol como entrenador. Dirigió a la mayoría de los clubes rafaelinos, pero sus resultados de mayor trascendencia los consiguió en la época que ocupó el banco de Unión de Santa Fe, que coincidió con la mejor campaña histórica del "Tatengue", en aquella definición que los santafesinos perdieron ante River por un capricho reglamentario en el Nacional de 1979.

También desempeñó esa función en Vélez Sarsfield, Rosario Central, Colón de Santa Fe y en importantes clubes del interior, como Atlético Tucumán y Estudiantes de Río Cuarto.

El pasado lunes, simplemente intercambié un saludo con Reinaldo, que como lo venía haciendo con frecuencia en los últimos tiempos, estaba disfrutando de un plácido atardecer en la vereda de La Gloria.
Fue, de manera impensada, una despedida. Respetuosa, porque ese fue siempre el trato que nos dispensamos. Esa relación siempre la valoré -y entiendo que él tuvo el mismo sentimiento- a lo largo de un tiempo que compartimos por obra y gracia del bendito fútbol. Fuente: La Opinión. 

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