Juan Martín Del Potro (274°)  logró uno de esos triunfos que suman, sobre todo, desde la confianza. En el Masters 1000 de Madrid (463.520 euros; polvo de ladrillo), el tandilense, único argentino que queda en el certamen, derrotó al austríaco Dominic Thiem (14°) por 7-6 (7-5) y 6-3, en el que fue su mejor triunfo en dos años y medio.

Del Potro mostró un gran nivel ante una de las grandes promesas del circuito, cuya superficie preferida es el polvo de ladrillo (ganó cuatro títulos en canchas lentas, incluido Buenos Aires 2016).

Thiem se aferró desde el principio a su libreto: jugar sobre el revés del argentino. Y Delpo respondió: lo jugó casi siempre a dos manos y con precisión, a pesar de que, está claro, todavía este no constituye un golpe ganador. En cambio, el argentino marcó la diferencia con su saque y el drive.

Thiem levantó un break point en el primer game del partido, mientras Delpo no tenía invonvenientes en sostener su saque.

Claro, hasta el décimo game, cuando sacó 4-5 y tuvo que salvar tres set points. Sin embargo, allí el saque y el drive fueron sus aliados y cerró el juego con un ace. Más tarde, también hizo valer su potencia en el tie break.

El ex número 4 del mundo no sacó el pie del acelerador en el segundo parcial: quebró en el segundo game y encaminó su triunfo.

El argentino terminó el partido con un grito de festejo y luego con lágrimas de emoción. Y no era para menos. 

Para dimensionar el triunfo de Del Potro vale decir que no le ganaba a un rival del ranking de Thiem desde que venció a Richard Gasquet en el Masters de 2013. Por entonces, el francés ocupaba el 9° lugar del escalafón.

Este año, en el cual volvió luego de una inactividad de once meses y tres operaciones en su muñeca, su mejor victoria había sido ante Jeremy Chardy (30° del mundo).

Ahora, Del Potro jugará en la segunda ronda con el estadounidense Jack Sock.

Fuente: Clarín