Mientras una parte de los habitantes de la provincia esperan la lluvia para aliviar el calor, otros hacen fuerza para que esto no ocurra. 

Lo cierto es que el río Paraná sigue creciendo. En las últimas 24 horas subió diez centímetros, llegando así a un total de seis metros en la zona del puerto santafesino. En tanto que las autoridades suponen que el pico máximo estará en los 6,20 metros para la semana que viene.

La velocidad con la que se está generando la crecida, obliga a acelerar todas las medidas preventivas en las zonas más afectadas. Además, se incrementa el número de evacuados (más de 58 familias en la ciudad de Santa Fe, superando las 200 en total).

En San Javier, se vive una compleja situación. Pues, los desagües se encuentran colapsados y en algunos casos cerrados para evitar que el agua del río ingrese a la ciudad. DE esta manera, las autoridades aseguraron que si llueve una cierta cantidad de milímetro, esta localidad se inundaría igual. Sólo con la utilización de bombas de agua sería posible desagotar el agua de esos distritos.

Por parte del gobierno provincial, este tema sigue liderando la agenda política. Lifschitz ayer estuvo reunido con su gabinete en Rosario para tomar medidas a seguir al respecto.

En la misma sintonía, la ruta 1 se encuentra con un paisaje triste pero habitual cada vez que hay inundaciones: una especia de toldería con construcciones precarias hechas por las familias de zonas rurales que buscan el lugar más alto para evitar ser alcanzados por el agua.

Escuchá el Informe de Ivana Fux.