Lo ganaba Costa Rica, lo empató Grecia a los 90 minutos, pero los penales le dieron la derecha al que, pase lo que pase, se llevará puesto el traje de revelación de Brasil 2014.

Los de Pinto muestran un orden táctico que no suele abundar en los elencos centroamericanos. Desde ahí, construyeron para dominar a un Grecia dubitativo, con dependencia absoluta de las improvisaciones personales de Samaras y Salpingidis.

Bryan Ruiz, que no en vano carga con la 10 en la espalda, colocó la bocha contra el palo izquierdo de Karnezis y sentenció el 1-0.

Los helénicos generaban poco y nada a pesar de tener un jugador más (roja a Duarte a los 66'), y el juego parecía estar condenando a no gritar ningún otro gol. Sin embargo, el impulso griego terminó arrinconando a los Ticos, y el tan ansiado empate llegó en los pies de Sokratis cuando el reloj delataba tiempo cumplido. Poco y nada en los dos tiempos suplementarios, y a definir en una tanda de penales de alta tensión.

Brillantes las primeras tres ejecuciones por lado, hasta que Campbell se ocupó de meter el suyo y Navas puso su palma izquierda para despejar el remate de Gekas. Umaña sentenció el 5-3 final de la definición y desató la locura costarricense.

Se terminó el calvario y con él llegó el histórico pase a cuartos. Costa Rica, tras superar el grupo de la muerte, logró lo impensado y conocerá una instancia que jamás había visitado. Se viene el dulce Holanda, aquel que metió miedo en sus presentaciones en la zona B pero titubeó ante México. Será una misión sumamente complicada, pero a este equipo no le hablen de imposibles.