Una vez más el Mundial entrega un partidazo. Y eso que en la previa nadie imaginaba que Australia pudiera hacerle partido a una Holanda que venía de golear 5-1 al último campeón del mundo. Pero los dirigidos por Postecoglou mostraron un buen rendimiento para complicarle la vida a los de Van Gaal y se terminaron despidiendo del campeonato del mundo con una digna caída por 3-2.

El primer tiempo mostró muchísima paridad. Los australianos controlaron bien a los europeos excepto en una jugada en la que Robben dejó en claro que está rapidísimo para correr 40 metros y mandarla a guardar. Era injusto. Y en la jugada siguiente llegó una volea de Tim Cahill para convertir uno de los goles más lindos de la Copa. Así se fueron al descanso.

El penal que cobró el árbitro Djamel Haimoudi por mano sin intención de Janmaat rompía con todos los pronósticos. Pero la alegría después de que Jedinak lo transformó en el 2-1 duró un suspiro. Los holandeses reaccionaron y cuatro minutos más tarde Robin Van Persie durmió a toda la defensa rival para la igualdad y llegar a su tercer tanto, al igual que Robben, en el certamen. Memphis Depay clavó el tercero para darlo vuelta y darle tres puntos importantísimos. Valió Naranja y media. Porque lo acercan a octavos. Sus rivales, en cambio, ya quedaron afuera.

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Fuente: www.ole.com.ar