Existía el compromiso de la cartera educativa provincial desde comienzos del 2019. La escuela señera en formación de profesionales había advertido en tiempo y forma, que una importante cantidad de alumnos de segundo año habían cumplimentado los requisitos necesarios como para poder elegir libremente terminalidad, y que mayoritariamente la opción había sido "Construcciones". En ese marco, resultaba imprescindible que el Estado provincial resolviera con celeridad lo que era prácticamente un hacinamiento cotidiano. Las clases se dictaban en el SUM del establecimiento, con condiciones impropias para el acto educativo. Tal vez haya que usar el tiempo presente. La resolución 944 seguramente impactará -concretamente- luego del receso invernal.

Hasta el comienzo de esta semana restaba algún trámite burocrático mínimo, que sin embargo y dicho por los propios funcionarios, parecía dormir la típica siesta de la desidia estatal.

En el día de ayer se produjo una reunión de padres de los alumnos en cuestión, y más allá de los temas habituales, el tamaño del curso fue motivo de preocupación. A tal punto que -agotadas las instancias del propio establecimiento- fueron los padres de los menores quienes decidieron que la situación trascienda los límites del colegio, a través de medios de comunicación y redes sociales. Es más: con el guiño del establecimiento se redactó una nota de reclamo que iban a firmar todos los padres para sumar una petición formal extra. No hizo falta. O sí.

Lo importante es la solución al problema. Los chicos tendrán clases en las condiciones lógicas.

Valen dos planteos.¿Cuánto puede haber incidido la decisión de los padres de mediatizar la situación?

La segunda: 2020. 4º año "Construcciones". Una división o dos?. Sin margen para relajar el reclamo, los directivos de la querida escuela Técnica, ya mismo deberán recomenzar a calentar los teléfonos.